miércoles, 9 de junio de 2010

CSIF anuncia la ruptura de la unidad sindical con UGT y CC.OO.

Abc.es (09/06/2010)

UGT y CC.OO. rompen la unidad sindical y apartan a la CSIF de la manifestación

UGT y CC.OO. rompieron ayer la unidad sindical que mantenían con la CSIF y apartaron a este sindicato de la primera línea de la manifestación de ayer por la tarde, no dejándole aparecer en la pancarta de salida ni intervenir en el final de la protesta. Tanto UGTcomo CC.OO. quisieron patrimonializar la huelga de los funcionarios y hacer un ensayo de huelga general, indicando a la CSIF que la organización ya estaba a cargo de las direcciones confederales, o sea, que trascendía del área de Función Pública. El enfrentamiento llegó a las manos en algunas provincias e incluso hay presentadas varias denuncias.

El intento de apartar a la CSIF tampoco le salió bien ya que no pudieron paralizar la Administración Pública por la mañana y quisieron tomar la calle, pero tampoco pudieron tirar las campanas al vuelo. La manifestación convocada por la tarde en Madrid -entre la Plaza de Cibeles y la Puerta el Sol- reunió a miles de trabajadores, más que los que por la mañana habían asistido a la concentración frente al Ministerio de Economía, pero menos de lo esperado por los organizadores.

Los sindicatos, sobre todo UGT y CC.OO., habían puesto muchas esperanzas en esta manifestación, ya que la huelga general en la Función Públiva es dificilmente visualizada por el Gobierno. Pero el escaso poder de convocatoria, unido a la lluvia que comenzó a caer a las seis y media de la tarde, hora de inicio de la manifestación, hizo que los asistentes no llenaran ni el primer tramo de la calle Alcalá desde Cibeles a la Puerta del Sol. A falta de una participación mayoritaria, sí que estuvieron presentes los secretarios generales de la UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo.

La manifestación se desarrolló entre gritos contra el Gobierno de Zapatero y los recortes salariales que comenzarán a aplicarse a partir del día 1 de julio. Precisamente, este era el motivo principal que sacó a la calle a uno de los participantes, al asegurar a ABC que «estoy aquí por el mosqueo que tengo contra el Gobierno. Esto ya es la desvergüenza de un partido de izquierdas, que se dice llamar obrero, y que está tratando a los funcionarios como si fueran unos delincuentes». Igualmente, este funcionario le recordaba al Ejecutivo socialista que «los empleados públicos no pasan de un sueldo de mil euros, mientras que ellos tienen unos sueldazos».

Este malestar era el mismo que se extendía por toda la manifestación, encabezada por el sindicato UGT, al que seguía Comisiones Obreras. Asimismo, también se veían pancartas de sindicatos policiales. La tónica general era una gran pitada contra el Gobierno, haciendo sonar sus bocinas y enarbolando pequeñas pancartitas en las que se podían leer: «La crisis que la paguen los culpables», «Obreros, pensiones de miseria» o «ZP no escucha a nadie».

Su presencia en esta manifestación fue el momento escogido por Méndez y Toxo para hacer una valoración de los datos de seguimiento de la huelga general que había ofrecido el Gobierno desde primeras horas de la mañana. Así, el secretario general de Comisiones Obreras no dudó en acusar al Ejecutivo socialista de «maquillar» las cifras: «Es problema del Gobierno si se contenta con maquillar las cifras. Está habiendo un nivel de respuesta muy importante en los centros de trabajo y en las salidas a la calle en contra de un conjunto de medidas que van a suponer un mayor retraso de la recuperación».

Por su parte, el secretario general de la UGT, Cándido Méndez, se refirió también al «éxito» de la huelga general, a pesar del «hachazo» de los servicios mínimos.

CSIF anuncia la ruptura de la unidad sindical con UGT y CC.OO.

Entiende que los sindicatos mayoritarios intentaron «utilizar la manifestación para intereses distintos a la defensa de los empleados públicos»

El presidente de la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF), Domingo Fernández, acaba de anunciar la ruptura de la unidad de acción sindical con UGT y CC.OO., después de los incidentes que se produjeron en el día de ayer, adelantados por ABC, cuando tanto UGT como CC.OO. le apartaron de la cabecera de la manifestación y quisieron restarle protagonismo en las medidas de presión. Esta central sindical entiende que UGT y CC.OO. intentaron "utilizar la manifestación para intereses distintos a la defensa de los empleados públicos" y que no aceptan que "se utilice a los empleados públicos como ensayo para una huelga general. Los empleados públicos nos negamos a ser moneda de cambio en cualquier negociación de la reforma laboral".

Fernández ha explicado como el día antes de la jornada de huelga general, las secretarias de organización de UGT y CC.OO. ya les advirtieron que sólo podían ocupar dos puestos en la pancarta principal, pero que no podían intervenir en el acto final de la manifestación, ya que sólo lo harían los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo. La explicación que se les dió era que la organización de la manifestación ya había pasado a las direcciones confederales y no a las sectoriales de Función Pública, como había sido hasta ahora.

A la vista de que no fue posible adoptar un acuerdo, la CSIF optó por asistir a la manifestación en un lugar discreto, con una pancarta y acompañados de los sindicatos policiales. Como reconoce Fernández, "no quisimos decir nada porque no era el día para hablar de los problemas internos".

El presidente de la CSIF, ha "lamentado que se haya roto la unidad sindical y realmente nos da pena porque nuestro espíritu no es de confrontación y no queremos entrar en este juego. Estamos muy dolidos". La CSIF no cierra las puertas del diálogo, de manera indefinida.

En relación a la escasa participación en la huelga, Fernández la cifró en un 30 por ciento y calificó de "precipitados" los datos de hasta el 75 por ciento de participación que ofrecieron la UGT y CC.OO. a las doce de la mañana y aseguró, como lo había hecho con anterioridad, que paralizar la Administración era muy difícil y que su único objetivo era abrir el debate.

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